Sucede que un soldado, en el frente de guerra, le dijo a su teniente: 'Mi amigo no ha regresado del campo de batalla, señor. Solicito permiso para ir a buscarlo'. 'Permiso denegado -reeplicó el oficial-. No quiero que arriesgue usted su vida por un hombre que probablemente ha muerto'. El soldado, haciendo caso omiso de la prohibición, salió, y una hora más tarde regresó mortalmente herido, transportando el cadáver de su amigo. El oficial se puso furioso y exclamó: 'Ya le dije yo que había muerto! Ahora he perdido a dos hombres! Dígame, ¿merecía la pena ir allá para un cadáver?'. Y el soldado, moribundo, respondió: 'Claro que sí, señor! Cuando lo encontré, todavía estaba vivo y pudo decirme: ¡Estaba seguro de que vendrías por mí!
Alex Carrillo Jara
Iglesia "Monte Horeb"
Lima 07 - Perú